Continuando el legado familiar
Nicolás Potts comenzó a patinar a los 3 años en la pista San Jerónimo de la Ciudad de México y tan solo un año después empezaría a jugar hockey. El proceso fue facilitado por la experiencia de su padre Carlos, quien fue seleccionado nacional de 1996 al 2005 y pudo disputar varios mundiales.
Además, su hermano mayor ya había comenzado en el hockey con cuatro años de ventaja, por lo cual tenía sentido el dejar que Nicolás intentara su propio camino. El joven jugador admite no recordar sus primeras andanzas en el hielo, sin embargo sus primeras memorias lo hacen identificar la pista como su “lugar feliz”.
“Desde que entró al hielo le encantó”, mencionó Carlos Potts. “Vi en Nicolás la habilidad para patinar y le vi potencial y madera de jugador”.
Un punto de diferencia durante la infancia de Potts fue el jugar junto a su hermano en una división arriba de su edad, algo que eventualmente ayudaría en su mudanza al norte de la frontera. El joven jugador recuerda el destacar en su primer torneo nacional y ahí mismo darse cuenta que contaba con habilidades para seguir destacando dentro del hielo.
Aunado al talento, Nicolás hizo del hockey una rutina, aprovechando que dentro de su casa tenía una superficie para practicar su manejo del puck y su disparo. Ese trabajo diario lo hizo convertirse en una de las figuras de la pista de la UIC hasta el cierre de esta en el 2020, lo que provocó su regreso a San Jerónimo.
Buscando nuevos horizontes
Durante el desafortunado año de la pandemia, Nicolás Potts sintió la frustración de tomar clases en línea y pensó en emprender un nuevo desafío fuera de México para elevar sus nivel deportivo y académico. Esa transición fue impulsada por la experiencia adquirida en torneos internacionales con la selección y campamentos a los cuales asistió en Canadá desde los ocho años de edad.
Fue precisamente en uno de esos viajes , donde tuvo su primera exposición al hockey de las grandes ligas. Al terminar un entrenamiento en Toronto, pudo ser testigo de un grupo de jugadores de la NHL en plena sesión de habilidades, destacando la presencia de la gran estrella Connor McDavid.
“Se sintió muy padre verlo porque era el novato y la nueva sensación de la liga”, recordó Potts. “Lo fuerte que entrenaba fue una inspiración para exigirme a mí mismo en cada entrenamiento”.
A partir del 2022, Nicolás encontró cabida en la escuela secundaria Eaglebrook en Massachusetts, después de impresionar al entrenador en un ‘showcase’ al que asistió para buscar nuevas oportunidades. Meses después pudo convertirse en titular de esta escuadra, disputando además su primer sub-18 en Akureyri, Islandia.
Al terminar dos destacados años en Eaglebrook, llegó la oportunidad de pasar a la preparatoria Governor’s Academy al norte de Boston, donde aparte del hockey represento a su escuela en futbol y golf. Después de una primera temporada de adaptación y reconocimiento, Nicolás está listo para enfrentar su segundo año con la expectativa de expandir su rol dentro del equipo.
“Al principio fue muy fuerte el cambio, porque ya te enfrentas a los mejores de cada escuela”, comentó Potts. “Fue complicado adaptarme al juego físico, pero con ayuda del coach y los capitanes fue más fácil”.